diario tesis – febrero 6

6 Feb

oficio de suicidas

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Encuentro entre los muchos libros que me ha facilitado mi amigo Abelardo Linares, uno de José Luis G. Martín: Treinta años de poesía española, donde apunta un comentario de José Mateos que me llama la atención: “ Hace tiempo que la sinceridad goza de muy mala reputación como valor estético”.  Y a mí, que hoy salgo de trabajar con mordiscos en la lengua para no decir cuatro verdades porque me han dicho que  “no sería correcto”, me derrota pensar que la sinceridad hoy en día y siempre, ha gozado de muy mala reputación como valor estético o cualquier otro valor, por mucho que hipócritamente se diga lo contrario. Pero bueno, después he seguido leyendo y me he animado con sus palabras. Sí, para este oficio lo importante es sentir, claro que… lo raro, por lo arriesgado, es hacerlo. 

“un poema debe transmitir antes que nada sinceridad ……el juego entre el corazón y la inteligencia quede siempre en  tablas. El primero nos da sus alas y la segunda sus pies de plomo” 

José Mateos 

 en voz baja

                 En voz baja escribo para que no se asuste.

                Se muestra ante mí desdibujado y tímido,

               como si de un lánguido sueño despertase.

                       Me excita contemplarlo –él lo sabe– y tirano,

 a duras penas me deja que lo haga.

                       Me incita a desear lo  imposible y me arrastra

                          hasta hundirme en su fango. Lloro, y él se mofa

                  de mí, – bebería de sus labios y a un tiempo

       le arrancaría los ojos– pues el cabrón,

juega insolente a desaparecer  y yo,

                      de un extremo a otro de mí misma  me someto

        a perseguirlo: torturo palabras mientras

me como las uñas de los pies y  al final,

cedida,bajo mis miedos corro a esconderme.

Se detiene entonces y me sonríe,

               por un instante me eleva  haciéndome creer

             que rozo lo imposible  y por temor a que se

           ausente nuevamente, le prometo cumplir

sus condiciones:

                                            –atarme los pies con cinta

             de plomo y  al cuello una cuerda de alas–.

                Y así hago. Sobre la mesa, como en un potro

                medieval, me estiro de tal modo para verle,

                 que mi pensamiento se luxa hasta encontrar

                    el equilibrio entre estas dos fuerzas, besando

                  el oscuro juego al que consciente me someto.

                Y en tablas, mente y corazón, alas de plomo,

una lágrima de sangre me brota viva entre los dedos.

                     Y es en ese instante que pinto mi poema.

 

 

 

            

2 respuestas to “diario tesis – febrero 6”

  1. Avatar de I
    I febrero 11, 2014 a 21:39 #

    MAGNIFICO!!!
    Fortísimo sentimentalmente
    Me encanta tanto como me perturba.

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