un doce de febrero

12 Feb

doce d febrero

Un doce de febrero como hoy escribí este poema a mi hijo por su cumpleaños. Estaba estudiando en Australia, así que se lo envié por mail. Este año está viviendo en Madrid, igual que su hermana, y aunque la distancia es mucho más corta y los tres nos vemos con frecuencia, compruebo llena de orgullo y satisfacción pero con cierta nostalgia, que hace tiempo ya que funcionan con órbitas propias. Este es uno de los poemas que he escrito que más me gustan, probablemente por el cariño con que lo escribí y por lo que disfruté mientras lo hacía. Puede que para entenderlo mejor haga falta saber que M ha sido siempre un torbellino alegre y vital que nació en agosto y A, un comilón de papillas de bechamel cálido y risueño. Escribir este poema a mi hijo fue el mejor modo que encontré para decirle que pensaba en él, como hoy también lo hago.

      un doce de febrero

Era un febrero frío y húmedo

cuando alrededor de mis piernas

rotaba ya un sol de agosto que

con sus  rayos de risas

esparcía calor en pleno

invierno, y entonaba nubes

que aplacaban tormentas.

Y en ese febrero, al sol se le

sumó una luna de bechamel

y entre los dos crearon

un universo que rompió

el tiempo y el espacio

haciéndolos fragmentos

de sal, azúcar y agua.

Y de repente un día,

(ese para el que nunca se está preparado)

en traslación los astros,

un doce  de febrero,

en las antípodas del frío,

contemplé sonriendo

cómo  todo lo que amo

pudiendo estar tan lejos,

está tan cerca.

diario tesis – febrero 6

6 Feb

oficio de suicidas

The-Key,-c.1946-large

Encuentro entre los muchos libros que me ha facilitado mi amigo Abelardo Linares, uno de José Luis G. Martín: Treinta años de poesía española, donde apunta un comentario de José Mateos que me llama la atención: “ Hace tiempo que la sinceridad goza de muy mala reputación como valor estético”.  Y a mí, que hoy salgo de trabajar con mordiscos en la lengua para no decir cuatro verdades porque me han dicho que  “no sería correcto”, me derrota pensar que la sinceridad hoy en día y siempre, ha gozado de muy mala reputación como valor estético o cualquier otro valor, por mucho que hipócritamente se diga lo contrario. Pero bueno, después he seguido leyendo y me he animado con sus palabras. Sí, para este oficio lo importante es sentir, claro que… lo raro, por lo arriesgado, es hacerlo. 

“un poema debe transmitir antes que nada sinceridad ……el juego entre el corazón y la inteligencia quede siempre en  tablas. El primero nos da sus alas y la segunda sus pies de plomo” 

José Mateos 

 en voz baja

                 En voz baja escribo para que no se asuste.

                Se muestra ante mí desdibujado y tímido,

               como si de un lánguido sueño despertase.

                       Me excita contemplarlo –él lo sabe– y tirano,

 a duras penas me deja que lo haga.

                       Me incita a desear lo  imposible y me arrastra

                          hasta hundirme en su fango. Lloro, y él se mofa

                  de mí, – bebería de sus labios y a un tiempo

       le arrancaría los ojos– pues el cabrón,

juega insolente a desaparecer  y yo,

                      de un extremo a otro de mí misma  me someto

        a perseguirlo: torturo palabras mientras

me como las uñas de los pies y  al final,

cedida,bajo mis miedos corro a esconderme.

Se detiene entonces y me sonríe,

               por un instante me eleva  haciéndome creer

             que rozo lo imposible  y por temor a que se

           ausente nuevamente, le prometo cumplir

sus condiciones:

                                            –atarme los pies con cinta

             de plomo y  al cuello una cuerda de alas–.

                Y así hago. Sobre la mesa, como en un potro

                medieval, me estiro de tal modo para verle,

                 que mi pensamiento se luxa hasta encontrar

                    el equilibrio entre estas dos fuerzas, besando

                  el oscuro juego al que consciente me someto.

                Y en tablas, mente y corazón, alas de plomo,

una lágrima de sangre me brota viva entre los dedos.

                     Y es en ese instante que pinto mi poema.

 

 

 

            

diario tesis – febrero 2

2 Feb

pitonisa-delfosSolo sé que no sé nada. Mientras más leo y estudio a toda la pandilla esta de Citas, mas ignorante me siento. En un principio creía saber algo, pero  ahora que compruebo que no sabía nada, tampoco resuelvo saberlo ahora. Pues no es que ahora no sepa nada, ahora solo sé que no tengo certeza alguna de saber lo que sé y de que además sea cierto, por lo que el conocimiento que tengo ahora, en vez de darme alas, me las corta. ¡Qué bendita osadía la de la ignorancia! Con ella si que se vuela (más tortas te pegas, pero bueno).Porque ahora, que positivamente sé que no sé nada, mi única virtud, si es que este es el concepto que se supone que es, que tampoco lo sé ni me importa, es exactamente eso, saber que no sé nada.

Resumiendo: antes que no tenía ni puta idea de poesía escribía sin freno ni cortapisa, ahora que sé, –que sé que no sé nada–, ¿qué coño hago yo para seguir escribiendo?

Ni siquiera  sé si terminaré alguna vez la tesis, en cada hoja que leo me detengo días enteros investigando por el placer mismo de saber más, por la curiosidad de conocer y descuartizar a cada escritor que cae en mis manos. Me pregunto cómo, después de leer a estos hijos de puta, sacaré suficiente desvergüenza para seguir escribiendo. Pues salvo la que saco por la que más bien es  pura necesidad de escribir , no sé como puedo…

pitonisas

Mientras leo me pregunto

qué puñetas estoy haciendo.

–Solo sé que no sé nada–

discurro entre lo que dice

García Martín de Mateo

y lo que dice Linares

que dice ese tal Bonilla.

Y haciéndome a los hechos y

comiendo consecuencias

cual pitonisa de Delfos

(no se lea poetisa)

nuevamente me repito:

–solo sé que no sé nada–.

Nada es, la única certeza

y lo único que he sacado

en claro entre tanto estudio

poético.

 Y en mi propia apología,

en defensa a mi ignorancia

    –va la alabanza por ellos–,

diré que la única verdad

   pájaro de azules alas,

la que hace al poeta, poeta,

es que se ha de haber vivido

cada  verso que se escriba.

diario tesis – enero 22

25 Ene

y llueve

lluvia mujerOtra vez la puta lluvia. No la soporto, y menos en Sevilla, que acontece de la misma forma a como sucede todo, exageradamente. Si hace calor, la ciudad parece una plancha en la que todos vamos asándonos lentamente. Si hace frío, este es tan húmedo que hasta los pelos de los turistas chinos parecen pelucas de pelo de coño, y si llueve, las gotas de lluvia de tan gordas, te llegan a mojar hasta las bragas (y no me digáis que soy una ordinaria exagerada porque no hay  sevillano o sevillana que se preste  que no se haya calado alguna vez  hasta ahí, ¿o no?). En fin, yo soy feliz con mis cuarenta graditos a la sombra, el frío me acobarda y la lluvia me cabrea  y lo peor, me deja metidita en casa. Me cuesta tanto trabajo salir a la calle cuando llueve, que si no fuera porque tengo que comer para subsistir, hibernaría como los osos.

Vaya, me he metido en google para ver la diferencia entre  hibernar e invernar,  y me he quedado perpleja, dice:

     “cuando la temperatura atmosférica decrece a un cierto nivel, el individuo se duerme, provocando que la frecuencia cardíaca baje radicalmente, el número de respiraciones se resta… y el animal pareciera que estuviese muerto…la piel resulta fría al tacto, y en algunos casos se puede manipular al individuo incluso con brusquedad…la hibernación o sueño de invierno es… algo más que un profundo sueño.”    wikipedia

     joder, por lo visto  “…cuando la temperatura decrece…el animal pareciera que estuviese muerto…se puede manipular…”  ¿tanto sucede cuando uno  no siente calor? Está claro entonces, se ve lógico pues, que cada uno busque calentarse como pueda. Sí, vale, pero…después de darle vueltas al asunto, solo una advertencia para la gente que necesita  el sol tanto como yo: tened mucho cuidado con las alternativas que se os presenten para conseguir ese calor porque, como dice Ray Bradbury en su  epílogo a “El Mago de Oz” de L. Frank Baun, –“la gente que ama los veranos resulta un bocado exquisito para las serpientes de invierno”–.  Así que, pues eso.

 

«dirty tart»

18 Ene

Por fin terminó la parte de comidas y fiestas “obligadas” de la Navidad, que es la parte que menos me gusta dentro de que me gusta bien poco toda ella, pero he de reconocer sin embargo, que le he sacado “su jugo” incluso a esta parte. Nos reunimos en casa la víspera de Nochebuena casi toda la familia, que más que una familia parecíamos la ONU, (hasta un americano judío invitado por mi hijo tuvimos). Me enseñaba a hacer una tarta sueca la novia de color chocolate de un sobrino mío italiano de color vainilla. Ella me explicó que para preparar esta tarta había que ensuciarse mucho, pues ha de hacerse con las manos. De hecho, me dijo que  se la llama “dirty tart”. Entonces yo, con el consiguiente abucheo de mis hijos, recité unos versos  de T.S. Eliot que se me vinieron a la cabeza: “… while on his palate fine he presses /the juice of the gooseberry tart./ … / (Every wants to meet him) / …”, de su poema “Ejercicios para los cinco dedos”. Y entre risas y con todos los dedos, nos pusimos a ello. ¿El resultado?

migajas 2

Pues lo que he dicho al principio, nunca pensé que le sacaría tanto jugo a esta tarta. Y me pregunto si a Mr. Eliot le motivaría su gooseberry tart tanto como a mí la mía. La he vuelto a hacer varias veces desde entonces  y el resultado ha sido siempre el mismo: rica, muy rica, riquísima. De hecho, me han pedido la receta cada vez que la han probado, preguntándome con tono malicioso cuál era mi secreto. Después de darle vueltas el por qué de ese tono, he decidido escribir aquí la receta, a ver si alguien me contesta confirmándome que  realmente todo el mundo piensa lo que yo. Me explico: a la pregunta de “cómo lo has hecho” todos solemos contestar simplemente  que con amor, pues todos sabemos que la receta la puedes encontrar sin problema en cualquier sitio y porque todos sabemos, que además de mostrarte su agradecimiento, la persona que te hace esa pregunta lo que pretende en realidad es provocarte para ver si te atreves a revelar tu verdadero secreto, con la esperanza de que le confirmes su sospecha, la misma sospecha que tenemos todos y la que nadie se atreve a confirmar: que algo tan rico no puede llevar solo amor.

Tanto tú como él sabéis que esa respuesta no es exacta. Tanto tú como él o ella sabéis que no es solo amor lo que le has puesto. Tanto tú como él o ella o todos, sabemos  que le has puesto mucho más, porque eros es más.  Y porque, seamos sinceros, todos sabemos que no hay nada más rico que una buena comida.

RECETA: dirty tart

dk trozo While on his palate fine he presses 

The juice of the gooseberry tart. 

How delightful to meet Mr. Hodgson!

   (Everyone wants to know him)

T.S. Eliot, Five-Finger Exercise

PREPARACIÓN:

(Everyone wants to know…)

Introducir, como el deseo en el sueño,

los dedos en la mantequilla y ablandar

hasta que su textura admita mezclarse

con la harina, que como espuma de

cascada aun por descubrir, se vierta

sobre ella, se mezcle y se hagan una.

Y unidas ya, harina y mantequilla,

y con los cinco dedos, abrir caminos de  azúcar

amasándola suavemente hasta subir

la intensidad. Y en el aire leve

la levadura, sobre la masa, espárcela.

                                                                                                                              Luego,

(How delightful to meet Mr.Hodgson!)

 lubrica suave

como si fuera a romperse,

molde y mantequilla con  chispas de azúcar

y una a una, siembra de pequeños montes

un lecho de frambuesas. Tumba la masa sobre él

y al calor, (el tiempo se derrite y se olvida), siente

como tiembla y sube y rompe .Y escucha

el  ahogado grito,

el jugo de frambuesa que respira y  se derrama.

 Mírala entonces  a la cara

observa el brillo tostado de su piel

 y espera,

y déjala enfriar.

 

 

diario tesis – enero 17

17 Ene

Ando. En esos días que necesito estirar las ideas porque parece que se me quedan anquilosadas, ando. Ando porque además, si todo lo que me pasa por la cabeza tuviera que digerirlo en la bañera, seguro que acabaría como una sirena, es decir, con el cerebro de un pez. Que tampoco está tan mal cuando se trata de no tener memoria.

cuándo, el olvido

                                                         ando  

 Pasaste por delante de mi coche

apenas fuiste un trueno

(ni superman iría tan rápido),

cómo pasan los años.

Pasaste por delante  de mi calle,

cogido de tu mano un niño

(balón y los zapatos sin cordones)

inconfundible tuyo.

Pasó el tiempo  y apenas fui consciente,

los años pasaron al galope de

caballos pura sangre. Tan rápidos

pasaron los  días y los meses  y

los años, que sigo preguntándome

por qué  tan lento entonces el olvido

y a dónde he de mirar, para no recordarte.

diario tesis – enero 11

11 Ene

  la gran estafa

la foto

Fui a ver una película, La Grande Bellezza, de Paolo Sorentino. Buenísima película, sí, de esas que sales con un regusto a “qué buen rato”. Con esas  ganas que entran de fijarte imágenes y expresiones en la cabeza para después descuartizarlas  con ayuda de la música escuchada, que también era buena, y muy acertada. Comentando a la salida la película con X (he decidido nombrar con letras a mis amigos), este opinó que uno de los pocos puntos flojos de la película es cuando el protagonista, tras la celebración de su  65 cumpleaños, hace el amor, quiero decir, echa un polvo con una atractiva mujer, rica y más joven que él y dice algo así (a lo Fellini): “a partir de cierta edad un hombre no solo busca sexo en una mujer…ya no tengo tiempo para perderlo en cosas que no me apetece hacer” y se marcha sin decirle ni siquiera adiós. Yo me quedé pensativa, me hizo gracia no sabía por qué, tanto el comentario del protagonista –Pep–, como el  de mi amigo. X me decía, con bastante lógica, que un hombre de esa edad no le hace “ascos” a una señora como esa, al igual que dudaba que Pep tuviera sesenta y cinco años pues a pesar de tener buena planta,  aparentaba más. ( Yo creo que en verdad lo que pasó es que el director de la película trató de tirarse a esta actriz durante el rodaje, pero como no pudo porque no se empalmó, y por eso tan masculino de no reconocer nunca nada, le dio la vuelta a la cosa),pero bueno, este argumento mío  era tan  totalmente infundado e imposible de corroborar  que tuve la precaución de callarme.

Y como siempre, al darme esta mañana uno de esos baños en los que mi pensamiento surrealista proporciona tanta  lucidez a mi realidad cotidiana, me dio por pensar  mientras me  descubría una cana en el pubis, que es curioso lo de la vida bella esta que vivimos. De modo que te pasas  la mayor parte de tu vida esperando encontrar a un hombre que te llene, ( y no precisamente de mierda), se entiende. Un hombre  que además de amor te de  sexo (atención que el orden es importante), y que sea tu compañero de aventuras. Y resulta que es  después de haberte dado unos cuantos chocazos durante media o  tres cuartas partes  de tu vida intentándolo, cuando te das cuenta que ellos persiguen algo completamente diferente, o sea, a la de las tetas más gordas.  Y resulta que entonces, cuando tú ya has desistido de tal empeño, que suele ser cuando te encuentras esa primera cana ahí, cuando empiezas a vivir de verdad; a no buscar nada, a disfrutar del sexo, de los amigos, del cine… Es entonces –tócate las pelotas– cuando precisamente a  ellos les da por buscar  algo más en una mujer. Cuando sucede que ahora a ti, lo único que te interesa de ellos, acaso, sea el sexo.

diario tesis – enero 6

6 Ene

estoy jodida

la fotoMe despertó el tiro de una escopeta. Al menos  fue ese el sonido que me sacó de mi sueño y el que me dejó el corazón parado durante el silencio que le siguió. Me incorporé en la cama esperando escuchar las consecuencias del disparo, hasta que comprendí, que dicho ruido correspondía  a un petardo explotado con retraso en una larga y vieja noche, Noche Vieja. En vez de seguir durmiendo (¿lo vería hoy?), ya no podía, me coloqué las  zapatillas nuevas que tanta ilusión me habían hecho que me regalasen y salí a andar.

Amanecía un día nuevo sin apenas nadie que lo estuviera contemplando, pues aunque todavía quedaban abundantes víctimas de la noche, dudaba que esos bárbaros (bárbaros en dos de sus significados: por la heroicidad de aguantar en pie toda la noche y por ser probablemente de esas personas cuyas mentes estrechas entienden estar obligadas a divertirse cuando se les dice) pudieran estar dándose cuenta de que amanecía.  Y amanecía. Acontecía la aurora  de un modo tan melancólico que me caló hasta llegar a alguna parte de esas del cuerpo que no sabes muy bien dónde está, o cuál es. Esa, que unas veces crees que es el estómago, otras el pecho, y otras el punto exacto ese  del que se dice que no existe, punto G o alma, o como quiera que cada uno lo llame. Y recordé un haiku de Borges: “En el desierto /acontece la aurora./ Alguien lo sabe.” ¿Acontecía entonces la aurora a pesar de no ser contemplada por nadie salvo por mí? ¿dejaba de existir  o era acaso menos hermosa por no ser advertida por esos individuos? No sé, ya estaba yo con mis pajas mentales…seguí andando. Aligeré el paso pues sentí un no se qué,  como si la niebla que me rodeaba se fuese metiendo dentro de mi cuerpo hasta esa parte de mi interior que no podía reconocer y que después, gota a gota, se escapaba calándome todos los órganos imperceptiblemente. ¿Desde cuándo sentía esa humedad? ¿cuándo acabaría esta derrumbando mis paredes?

Mientras caminaba tratando de averiguar  dónde se encontraba esa dichosa parte de mí, comencé a repasar mi vida (dándole al “fast”  del mando a distancia, que no estaba yo con ganas de misticismos).Pensé en lo bien que había ido todo esta Navidad, en la alegre noticia, la mejor noticia que podíamos tener, (que de momento no puedo explicar pero que es algo  así como el que te toque el gordo de navidad pero en mejor),  y  en lo  satisfecha que estaba con mi vida. Realmente no me podía quejar, pues todo lo que me había propuesto me había salido bien.  Sí, bien, pero ojo, que por todo lo conseguido me había partido los cuernos sin escatimar esfuerzos. Incluso en esos casos en que todo se me había vuelto del revés, cuando tras  actuaciones cometidas que  uno no sabe ni por qué las has hecho, ni  cómo salir de ellas, pues hasta de esas. Porque invariablemente, mis objetivos, (eso creo que es lo que me ha acompañado siempre además de esa puta niebla), habían estado claros: querer a las personas que pertenecen a mi mundo afectivo y procurar que fueran felices. Así que, dentro de mis posibilidades y de aceptar lo injusta que es la vida, podía  considerarme una persona afortunada. Pero entonces, entonces, ¿a qué venía ahora esa jodida gota que me congelaba hasta los pies?  Seguí andando. Acontecía la aurora y solo yo la contemplaba. Pensé en la gente a la  que quiero, en cómo cada uno de ellos forman  parte de la polifonía de experiencias que componen mi vida. Me pregunté cómo anidando todos ellos en mí sin embargo me sentía tan nostálgica

Llegué a casa y me di un baño de esos que tanto me reconfortan y la humedad del baño desempañó la de mi interior. Vislumbré que hoy la aurora, como la luz de un  faro, me mostraba el camino andado y el que me queda por andar. Teniendo la agridulce sensación que ya ninguno de los míos me necesita como antes, encontré esa parte de mi cuerpo que no localizaba: yo. Me pregunté entonces si yo existía fuera de ellos, si soy alguien  sin ellos, si desapareceré si ellos desaparecen de mi vida.

Por primera vez y  sin miedo me pregunto hoy si es tarde para averiguarlo,  si merece la pena cuidar a esa gota en la niebla que soy yo, y si sabré ocuparme de ella con la fuerza y el coraje con el que siempre  me he ocupado de mis seres queridos. Estoy jodida, sí, porque es lo más difícil que he intentado hacer nunca, y estoy feliz porque tengo un nuevo ( y muy antiguo) objetivo para este año.

la foto-3

 Feliz 2014 y todo eso.

diario tesis – enero 4

4 Ene

maneras de estar solo

Ayer vino a verme un amigo de Madrid, hacía tiempo que  no lo  veía. Entre otras cosas, me dijo que se  sentía melancólico sin saber por qué, que quizá fuera porque sus hijos ya se habían ido y… bueno. Mirándolo a los ojos  y sorprendida de no reconocerlo del todo,  le contesté: –pues no sé, pero estás guapo. Y como es un  romántico de esos que no sabe que lo es, me dijo: –no creo. Será esa belleza que da la nostalgia… Me acordé de unos versos leídos esa misma tarde y pensé de cuántas formas se puede estar solo.

Lo que  tampoco sabe, y yo no le dije porque cada uno es cada uno, es que a veces y  sin apenas darnos cuenta,  al corazón se le rompe un cachito  entre tanta acompañada soledad.

Mir ist uweilen so, als ob

das Herz in mir zerbrach.

Ich habe manchmal Heimweh

Ich weiß nur nicht, wonach. 

                                                                   Mascha Kaléko

                              (Ocurre a veces que me siento /como si el corazón se me rompiera. /Tengo nostalgia algunas veces /y yo no sé de qué.)

 Tres maneras de estar sola. Mascha Kaléko ( Traducción de Inmaculada Moreno). Renacimiento.

la foto

                                                          

 

nubes en el suelo

1 Ene

nubes en el suelo

nubes en el suelo

Estoy rompiendo círculos concéntricos a un punto que eres tú

piedra sobre un suelo de nubes, ondas de mar,

barreras de tiempo y miedo. Busco

regalarte primavera en un jardín plagado de raíces.

Si el querer fuera pétalo, corola mi cuerpo.

Si encontrarte fuera cierto.