He estado toda la tarde trabajando en la tesis, bueno… He leído mails, ordenado papeles, hablado por teléfono, revisado, anotado, consultado y comido pistachos. Es mi segundo día de los tres que sacaré a la semana para trabajar en la tesis. Ya tengo mi horario de trabajo (el que me da de comer), y he podido elaborar un planing que a su vez me servirá para dar cierto ritmo al diario, aunque tampoco importa mucho que el ritmo resulte caótico, parecerá más lo que es, un pensar escribiendo.
He parado unos minutos para descansar y echarle un vistazo al prólogo de un nuevo libro de J. L. Alonso de Santos. He leído: “nada existe si no podemos contarlo” y ¡me he puesto de un triste!
12 de septiembre 2013