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diario tesis – diciembre 1

1 Dic

a propósito de Citas

Estoy en racha. Por fin he conseguido serenidad suficiente (o puede que frío suficiente, porque hace un frío de cojones), para enfrascarme de lleno en la tesis. Con un calentador de aceite en el que apoyo los pies  y sobre la mesa tocinera de la cocina que he tomado como estudio, releo y trabajo en mi “Citas”, revista literaria de la que estoy haciendo la tesis. Es una maravilla, todo, todo lo que leo  en ella me parece interesante, me detengo en cada reseña, artículo o poema que aparece y me absorbe de tal modo que solo después de sonar el teléfono insistentemente, mi hija o alguna amiga me saca de mi ensimismamiento.

-¿Pero qué haces?  te he llamado veinte veces- suelen decirme. Y no es que se enfaden, ya me conocen, lo que les pasa es que se preocupan por el abandono al que someto mi vida social. Más de una vez me han sacado de casa preparándome una cita a la que perezosamente he ido sin poderme negar y en las que me he aburrido de lo lindo. Por lo que la mayoría de las veces rechazo los planes que me proponen aludiendo que ya tengo una cita con mi  “Citas”.-Vale, tu sabrás, pero vas a acabar convirtiéndote en un bicho raro–. Les doy las gracias, les mando un beso y cuelgo. Y sonrío sabiéndome el  bicho raro más feliz del mundo.

Con la interrupción aprovecho para descansar los ojos que me escuecen de tanta letra impresa y me echo unas lágrimas de esas inocuas, envasadas en cacharritos mono dosis (hay que ver la ciencia, envasar lágrimas), y me pongo a zapear. Una serie  aparece en la pantalla, ¡la leche qué casualidad!  me quedo pegada al televisor. “Dates” es el título de la serie que aparece ante mis ojos,  me pongo a reír y  pienso en mis amigas, ¿qué opinarían si les hubiera dicho que estoy en una de esas citas en vez de con mi “ Citas”?  Inmediatamente entro en Google mientras me quedo enganchada a una Oona Chaplin que hace de “Celeste” que a su vez es “Mía”, la protagonista del capítulo, la cual  ha concertado una cita a través de internet con David. Me gusta. Es una serie inglesa cuyo hilo argumental versa sobre citas on line. Muestra la manera en la que desconocidos interactúan  por internet para concertar una cita y  encontrar el amor, ( el amor o lo que sea, compañía, sexo, lo que cada uno busque, digo yo). Por lo que  acabo de ver  y leer en las críticas, tiene buena pinta. Es interesante el  entretejido de circunstancias y personajes que aparecen y desde luego, el trabajo de Oona en este capítulo, en mi opinión es sobresaliente.

Vuelvo a mi cita, abro el número en el que trabajo y leo “Carta vigésima” de Luis J. Moreno. Resulta paradójico comprobar que a estas alturas de la vida, volvamos a buscar el amor y a conocernos, a través de unas cartas, aunque estén escritas, eso sí, gracias a la facilidad que tenemos hoy en día para comunicarnos, sin pluma ni  papel.

                                 citas

           

diario tesis – noviembre 8

8 Nov

borrador

Cada vez que releo un post subido al blog, ya sea un poema, una de esas reflexiones de bañera o cualquier otro escrito, veo nuevos fallos de todo tipo, ortográficos, sintácticos, de contenido… y me es imposible dar por definitivo o  acabado ninguno de ellos. Para evitar la inseguridad que este puto perfeccionismo me provoca, suelo pensar  que subo borradores de textos que  están en espera de una última revisión, que haré, cuando pasen a formar parte de un libro de ensayos, relatos o sabe dios.

De repente, a modo como imagino le pasó a Newton con su manzana, me ha venido una idea y he entrado en estado de pánico, ¿es mi vida un continuo borrador?

Y es curioso que me haya planteado esto justo ahora, cuando nunca he sido tan  consciente de mi vida, de sentirme viva. Acaso sea  por eso.

diario tesis – octubre 9

12 Oct

 suerte

     a mis hermanas 

Me he dado un baño de esos que tanto me gustan y mientras el chorro del grifo iba haciendo subir la espuma hasta los bordes, me he puesto a pensar. Pensaba yo (pensaba en muchas cosas menos en ponerme a trabajar),  que eso de “tener suerte” era algo muy confuso, que habría que aclarar lo que se entiende por tal expresión. Para mí, que la gente te diga que “qué suerte” por ejemplo, por conseguir un premio o una medalla después de haberte partido los cuernos por conseguirlo, pues que no, que yo la verdad,  a eso no lo llamaría suerte. (Pongo estos ejemplos para no adentrarme en casos y cosas más serias de la vida, que bueno…). A lo que iba,  ¿es eso tener suerte? Pensando en algo que me ocurrió hace un par de semanas (desde mi bañera  lo veo ahora con cierta perspectiva), me pregunto cómo puede ser que un mismo hecho le pueda parecer que es un acto de buena suerte a una persona, y a otra le resulte todo lo contrario.  Es más, afinando un poquito: ¿cómo una misma  persona puede interpretar el  mismo hecho de forma opuesta, tener buena o mala suerte,  según el estado o momento en que se encuentre o este suceda?. Es fácil comprobar que esto nos pasa continuamente, y algo digamos tan, tan versátil no creo que pueda entenderse como –tener suerte-. Se  podría admitir  a lo sumo, si  a tal expresión le  correspondiera  un significado algo más amplio, donde el “tener suerte” llevase implícito un “qué envidia” o un  “si yo hubiera…”. Pero bueno, para que  esta idea pasada por agua no acabe pareciendo una postura un tanto cioranista ante la vida, podríamos decir  que la suerte existe. Sí. Cierto tipo de suerte existe, indudablemente. Pero la suerte esa que todos reconocemos en otro y que nos llena de envidia o admiración, admitámoslo, es solo aplicable a aquellos que han tenido la suerte o los cojones, de buscar la suerte.

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Nota: tengo dos hermanas de sangre a las que quiero con toda mi alma. Pero tengo muchas otras a las que quiero tantísimo. Es una suerte, la verdad.

diario tesis – octubre 3

5 Oct

mándala

Me decía esta tarde un amigo (yo le hablaba de cierto malestar), que lo mejor de ser gay es el  estar desprovistos de esa carga moral que tenemos los hetero, pues para ellos  no hay escrito un código.  Un anticuado código moral de creencias y costumbres ancestrales que la mayoría de las veces, pesa como roca. Y cuando observó con cuánta envidia lo miraba me dijo:

-Y  no te quejes tía,  que será porque no  tenemos muchas otras  cosas malas…

-Ya, ya. -Le dije, –pero la verdad es que si no fuera por la carga de mi historia seguro que probaría a hacerme lesbiana, porque…-Y pasó un tío a nuestro lado tan atractivo que nos hizo girarnos a los dos.

-Ya, ya! -dijo él mirándolo. Y nos pusimos a reír.

mandalaPero ahora que lo pienso, en serio que no sé si se lo decía de broma o no.

diario tesis – octubre 2

2 Oct

la lechera

Por fin he podido concentrarme. He estado toda la tarde trabajando en la tesis, un gustazo. Mientras consulto diferentes publicaciones y sigo perfilando un modelo de ficha para los índices, voy deteniéndome en los agradecimientos y dedicatorias que aparecen en cada una de ellas. Me gusta  imaginar las  historias que hay  detrás de esas palabras. No sé, son palabras que me  saben a poemas. Y me sorprendo románticamente  melancólica preguntándome  a quién dedicaré mi tesis,  a quiénes les agradeceré, si habrá quién me caliente los pies…Por un momento  me he visto como la protagonista del cuento de la lechera. ¡Seré boba! pensando en el final y aún no tengo ni cántara ni leche…

diario tesis – septiembre 22

22 Sep

Entre tanto clasificar artículos y  autores, organizar índices y elaborar modelos de fichas para el vaciado de las revistas, yo, que de por sí me gusta tenerlo todo bien organizado y definido, estoy adquiriendo una deformación que a ver por dónde salgo.  Ahora, cada vez que hago algo, me sorprendo averiguando cómo se podría clasificar esto o lo otro, de qué  manera será la  más efectiva, o la más original o por qué no hacerlo de forma diferente. Y pensando en esto recibo la siguiente imagen de Mafalda que me envía mi hija por whatsapp:

mafalda

Me ha  entrado la risa porque debajo me ha escrito: “de la primera persona que me he acordado es de ti”  y claro, la he llamado y nos hemos puesto a reír. Efectivamente, ninguna de las dos creemos en príncipes azules, (ni en princesas de este mismo color, obviamente), pero desde luego, si hay alguien capaz de encontrar una inmensa cantidad de diferentes tonos azules en el mar, entre ellas  estoy yo, eso seguro. Aunque también es seguro que hay muchas personas que no alcanzan a diferenciar ni  tan siquiera  un color de otro, así que no digamos de los tonos. No sé qué será peor…Y que conste que no me estoy refiriendo a los daltónicos, que bueno.

lo normal

30 Jul

Asistía con una amiga a la proyección del documental que sobre Chaves Nogales, se había organizado para la presentación de su libro A sangre y fuego, en la Feria del Libro de sevilla.  Libro olvidado en el Chile de 1937 que un gato viajero con buen olfato literario recuperó trayéndolo de allí. Instantes antes de la proyección, una tromba de agua cayó sobre nosotros como si formara parte del decorado del evento. Como si gotas condensadas de silencio hubieran reventado por la presión de tanto olvido soportado. Seguir leyendo

a propósito del «about»

25 Jul

(He rectificado el «about» inicial. Y como puede que a nadie de los que lo leyeron en su momento, se les ocurra volver a hacerlo, lo subo como una entrada más. Ahora lo explico.)

Me han aconsejado que haga algo más cálido este blog, más personal. Y la verdad es que es un buen consejo, pues todo lo anónimo se presta a interpretaciones o suposiciones que pueden estar muy alejadas de la realidad. En este caso, de la realidad de quién soy. Seguir leyendo

3×1

21 Jul

Habían pasado algunos meses de mi atragantón hipercalórico. Ahora llevaba una temporada de lo más a gusto. Compaginaba bien el trabajo con mis otras actividades y había aprendido a ir al supermercado a  esas horas en las que  personas súper ocupadas no acostumbraban a ir. Seguir leyendo

eso de ir al súper antes de comer

21 Jul

 

No hay nada peor que ir al súper justo antes de comer. Esa hora en la  que dices  “se me hace tarde y no tengo nada en la nevera” y  sales zumbando a comprar cualquier cosa, cualquier cosa que seguro  es lo peor que le puede sentar a tu estómago, cuando lleva ya un par de horas haciendo los ruidos más extraños  para que te enteres que se está gripando de tanta coca-cola. Seguir leyendo