Me han aconsejado que haga algo más personal este blog y la verdad es que es un buen consejo. Todo lo anónimo se presta a interpretaciones que pueden estar muy alejadas de la realidad, en este caso, de la realidad de quién soy. El primer “About” que colgué en el blog decía así:“About”? Si habéis pinchado aquí es porque se supone que tengo que poner algo, pero ¿sobre qué? La verdad es que no tengo ni idea sobre qué se pretende que escriba, ¿sobre mí? Eso no es divertido ni me interesa, más bien lo contrario. Pienso que un blog es un medio anónimo y esto, una de las claves de su aceptación, como si la persona en sí no tuviera importancia, sino lo que dice. Además, tratar de explicar sobre lo que escribo, ya os digo en mi primera entrada, que ni yo misma lo sé. Y para explicar quién soy, mejor lo averiguáis leyendo el blog y me lo contáis, vale?
Ni siquiera tenía idea de lo que era el about de un blog. No hace falta que diga, que fue gracias al asesoramiento informático de mi hija, que pude abrir –Mientras me ducho-. Y no expresé correctamente la idea que trataba de transmitir, pues si bien tengo claro quién soy (todo lo claro que lo puede uno tener), creo que existe una amplia diferencia entre cómo se ve uno y cómo te ven los demás. Y para que la imagen que os hagáis de mí sea la más cercana a la realidad, mi realidad, he de daros algunos datos de mi vida. Mas, cuando es mi yo fragmentado el que subo en cada uno de estos posts, y que se recompone con la complicidad de vuestra lectura.
Soy profesora de inglés y de lengua, y aunque a algunos les parezca una locura, me encanta dar clase, sobre todo a mis alumnos con necesidades educativas. También soy psicopedagoga y creo que mi forma a lógica de entender el mundo, conecta mucho con la de estos alumnos. Busco siempre la forma de comprender las cosas por caminos y métodos no convencionales, y puede que sea una deformación profesional esta continua exploración metodológica y del conocimiento. O puede que al contrario, que tal vez mi forma de pensar y sentir, me haya llevado a este tipo de profesión y a la escritura como búsqueda y realización personal. Suelo entender la cotidianidad de una forma dual, viviendo con una actitud de extrañamiento continuo. Sé que mis hijos e íntimos temen (aunque no me lo dicen), que en esas ocasiones en que mi cabeza piensa y se comunica en clave poética, me esté invadiendo un alzhéimer galopante, pues me miran con un preocupante cariño que me hace sonreír. Otras, piensan que soy autista, que es cuando ese preocupante cariño se les transforma en desesperante cariño, pero ya están acostumbrados. Espero.Los quiero tantísimo.
Tengo dos poemarios escritos aún sin editar, además de algunos relatos y ensayos. El año pasado realicé un Máster de Escritura Creativa en la Universidad y tras la defensa del proyecto Fin de Máster, (que fue algo diferente porque lo defendí con un nuevo poemario), el director del máster me propuso editar estos poemas a través de la revista de la facultad, cosa que he aceptado encantada. Ahora preparo la tesis, de la que ya os hablaré.
Otra cosa, como he dejado entrever, tengo dos hijos y uno más, tres. Tres maravillosos hijos a los que adoro, y que a duras penas consigo que lean mis poemas. Para empezar, dicen que no les gusta la poesía y que la mía no la entienden. Comprendo que emocionalmente están demasiado cerca para digerir la forma y el contenido de lo que escribo, y que tener una madre poeta no debe ser muy cómodo. También sé que mi poesía no es fácil. Es una argamasa de surrealismo nerudiano con influjos simbolistas. Me identifico con la idea de que el mundo es un misterio por descifrar, y que es a través de la poesía como se llega a la interpretación del mismo. Que es lo que yo hago. También comparto mucho del realismo limpio de Karmelo Iribarren y espero que poco del sucio de Boukowski, (entiéndase como se quiera la ambigüedad de esta frase). Y sin embargo pienso que sí pueden encontrarse en mi poesía pinceladas que recuerden al erotismo de los primeros años de Ana Rossetti. Y sobre todo, hay bastante de poesía de la experiencia, aunque a veces camuflo esa realidad cotidiana mediante una representación órfica o dual de lo que contemplo. Como si todo y cada cosa pudiera verse desde perspectivas muy diferentes, como sin duda es la realidad. En fin, yo la defino como una poesía de la vida y para la vida, pero como por lo visto es difícil de entender, se me ocurrió explicar mi proceso de pensamiento y elaboración de los poemas en forma de reflexiones a través del blog, y así hacerme más asequible. Y al final salió esto, que he descubierto me encanta hacer. Y como soy mujer de pies fríos y darme un baño de agua caliente, tal vez sea de las cosas que más me reconfortan, es en la bañera donde se me ocurren la mayoría de las cosas que escribo y donde se me ocurrió lo del blog.
En cuanto a mi edad, os diré que tuve mi primer hijo con dieciocho años y que aún sigo estudiando. Un poco siempre a la contraria, o a contratiempo, como diría José Hierro. Que represento menos años de los que tengo, pero que a veces me siento más vieja que el campo. Así que con las pistas que ya tenéis prefiero que cada uno imagine y me ponga la edad que quiera. Porque además, podríais pensar que finjo la edad que tengo y podríais no estar equivocados. Como dijo Pessoa sobre los poetas: “El poeta es un fingidor. Finge tan completamente que llega a fingir que es dolor, el dolor que de veras siente”.
Y bueno, quién me aconsejó que escribiera algo sobre mí no se si se refería a esto, pero es la forma en que me ha salido, así que, pues eso.
chelinalcayde@hotmail.com
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