orden en casa
Encontré a mi hijo en la cocina hablando con su cuñado, mi adorable yerno,(y digo en serio lo de adorable), mientras este metía los platos del desayuno cuidadosamente en el lavavajillas.
—No te empeñes cuñado, —escuché que le decía mi hijo—, mi madre es que mete las cosas en el lavavajillas por orden alfabético. La expresión socarrona de mi hijo y la de cómplice agradecido de mi yerno, me hizo sonreír.
—No le hagas caso R, —le dije—, ya sabes que los andaluces somos unos exagerados. Y él adorablemente se quedó callado. ¿Quién era el exagerado mi hijo o yo?
¿Por qué veremos siempre las conductas de los demás bastante más criticables que las nuestras?

Pues, quizás porque tendemos a disculpar nuestros propios defectos de manera defensiva y necesitamos justificar nuestros fallos a través de los del otro…La ley del espejo que llaman, ¿no? No sé, siempre he pensado que deberíamos fijarnos más en las virtudes, y procurar desarrollarlas para facilitarnos bienestar emocional. ¿No te parece? Un beso, Chelín.
A veces creo que deberías de escribir tú las entradas… Besitos E, como siempre, gracias.