y llueve
Otra vez la puta lluvia. No la soporto, y menos en Sevilla, que acontece de la misma forma a como sucede todo, exageradamente. Si hace calor, la ciudad parece una plancha en la que todos vamos asándonos lentamente. Si hace frío, este es tan húmedo que hasta los pelos de los turistas chinos parecen pelucas de pelo de coño, y si llueve, las gotas de lluvia de tan gordas, te llegan a mojar hasta las bragas (y no me digáis que soy una ordinaria exagerada porque no hay sevillano o sevillana que se preste que no se haya calado alguna vez hasta ahí, ¿o no?). En fin, yo soy feliz con mis cuarenta graditos a la sombra, el frío me acobarda y la lluvia me cabrea y lo peor, me deja metidita en casa. Me cuesta tanto trabajo salir a la calle cuando llueve, que si no fuera porque tengo que comer para subsistir, hibernaría como los osos.
Vaya, me he metido en google para ver la diferencia entre hibernar e invernar, y me he quedado perpleja, dice:
“cuando la temperatura atmosférica decrece a un cierto nivel, el individuo se duerme, provocando que la frecuencia cardíaca baje radicalmente, el número de respiraciones se resta… y el animal pareciera que estuviese muerto…la piel resulta fría al tacto, y en algunos casos se puede manipular al individuo incluso con brusquedad…la hibernación o sueño de invierno es… algo más que un profundo sueño.” wikipedia
joder, por lo visto “…cuando la temperatura decrece…el animal pareciera que estuviese muerto…se puede manipular…” ¿tanto sucede cuando uno no siente calor? Está claro entonces, se ve lógico pues, que cada uno busque calentarse como pueda. Sí, vale, pero…después de darle vueltas al asunto, solo una advertencia para la gente que necesita el sol tanto como yo: tened mucho cuidado con las alternativas que se os presenten para conseguir ese calor porque, como dice Ray Bradbury en su epílogo a “El Mago de Oz” de L. Frank Baun, –“la gente que ama los veranos resulta un bocado exquisito para las serpientes de invierno”–. Así que, pues eso.







