Entre tanto clasificar artículos y autores, organizar índices y elaborar modelos de fichas para el vaciado de las revistas, yo, que de por sí me gusta tenerlo todo bien organizado y definido, estoy adquiriendo una deformación que a ver por dónde salgo. Ahora, cada vez que hago algo, me sorprendo averiguando cómo se podría clasificar esto o lo otro, de qué manera será la más efectiva, o la más original o por qué no hacerlo de forma diferente. Y pensando en esto recibo la siguiente imagen de Mafalda que me envía mi hija por whatsapp:
Me ha entrado la risa porque debajo me ha escrito: “de la primera persona que me he acordado es de ti” y claro, la he llamado y nos hemos puesto a reír. Efectivamente, ninguna de las dos creemos en príncipes azules, (ni en princesas de este mismo color, obviamente), pero desde luego, si hay alguien capaz de encontrar una inmensa cantidad de diferentes tonos azules en el mar, entre ellas estoy yo, eso seguro. Aunque también es seguro que hay muchas personas que no alcanzan a diferenciar ni tan siquiera un color de otro, así que no digamos de los tonos. No sé qué será peor…Y que conste que no me estoy refiriendo a los daltónicos, que bueno.

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