Caben tantas suposiciones como puntos de vista, tantas posibles realidades como las diferentes expectativas que respecto a ese deseo tuviese Paco, que creo recordar, lo dejamos entrando en su coche, un limpio Fiat amarillo chillón con dos portabebés en el asiento de atrás.
“Todo deseo es un disparo hacia el más allá” dice Octavio Paz, y la verdad es que la idea está muy bien, aunque el problema no es el disparo, ni siquiera lo que entendamos por el “más allá” sino desconocer el alcance que tendrá ese disparo, es decir, las consecuencias de la realización de ese deseo. Si erraremos al apuntar o si daremos con un objetivo diferente al esperado, aunque para eso están las prácticas de tiro, la puntería, la transparencia de la mirilla…como ya veremos.
Está claro que todas las personas deseamos, y aunque el deseo es universal, cada uno desea algo distinto. (Probablemente el amigo de Paco pensaría en la suerte de este, deseando su estable relación y Paco, se marcharría deseando la libertad de su amigo, agobiado por la constante responsabilidad hacia sus dos churumbeles). Y también está claro que todos deseamos lo mejor, comenzando por lo que no tenemos (que es lo que solemos entender por lo mejor, así somos), pero ¿qué provecho esperamos obtener al alcanzar nuestro deseo? Aunque el deseo sea diferente, el resultado es siempre el mismo, esperamos sentirnos felices. Encontrar ese estado que llamamos felicidad en el que a todos nos parece “estar en la gloria”, como se suele decir y sin darnos cuenta del significado de estas palabras, estamos haciendo referencia al deseo de eternidad. El deseo es una aspiración de todo ser humano a la inmortalidad, a conseguir una felicidad que nos dure para siempre, pero al realizarse nuestro deseo (“…y comieron perdices” ¿os suena? pobre Paco…) sentimos esa sensación perecedera de normalidad que nos hace concebir nuevas carencias confirmándonos que somos mortales, por lo que volvemos a desear, a buscar la inmortalidad. Además, si es amor lo que deseamos, no solemos tener en cuenta que lo que significa “amor” para uno puede no serlo para otro, que es un estado que cambia sin cesar y que se vive de forma diferente según las etapas de nuestra vida. Y menos mal, porque si no…
El estúpido romanticismo moderno entiende amar como una búsqueda de sufrimiento, deseo de lo que nos hiere y nos aniquila. Ese amor que para que lo consideremos como verdadero ha de ser doloroso, pues el amor feliz no tiene historia en la literatura occidental, como dice Mari Luz Esteban en su Crítica del pensamiento amoroso. Esto explica que muchos de nosotros tengamos pánico a enamorarnos, la mayoría escarmentados ya con experiencias dolorosas y aniquiladoras y que hacen veamos el futuro de manera un tanto pesimista. No hay más que ir al cine o ver la televisión para comprobar que lo que entendemos por amor es un estado opuesto a la razón, como si para sentirnos deseados o amados tuviéramos que perder o hacer perder al otro, “los papeles”, como se suele decir.
Y resulta que después de haber vivido a través de los pulmones de otros y ser consciente de ello ahora, estoy convencida que eso no es amar o ser amado, porque tendría que admitir entonces que el hecho de amar es dejarse caer en una asfixiante trampa sin razonamiento posible, y me ha dado por pensar que este concepto de amor es bastante absurdo, aunque torpemente he practicado esta forma de amar o desear durante demasiado tiempo. Porque además, el dolor no se comparte y el deseo si es compartido. Ahora comprendo que solo con las dosis adecuadas de razón y emoción se puede llegar a amar e intentar ser feliz, con la libertad suficiente para aceptar la individualidad del otro y no tener miedo a caer en una trampa donde sufriré y dejaré de ser yo misma. Porque creo que caminando como ahora, con un pie en la tierra y otro en el cielo, es la única garantía que puedo tener para esperar que mis deseos se hagan realidad sin defraudarme o temer a mis propios deseos.
Dice Octavio Paz que el amor es un invento del hombre para mirar de frente a la muerte, el deseo de darnos una respuesta para superar la angustia. Por lo que yo me atrevo a aventurar que la pérdida de un deseo, las rupturas amorosas que a lo largo de la vida nos ocurren, ya sea por la muerte física de esa persona o afectiva, son aprendizajes que nos ayudan a naturalizar la muerte y entender nuestra angustia. “El amor es conciencia de la muerte y tentativa por hacer del instante una eternidad” ¡qué frase! ¿Quién no ha sentido esto alguna vez?
Ya solo me queda una cosilla también muy típica que solemos decir: “yo no tengo suerte en el amor”, ¿existe el azar, destino o como cada uno quiera llamarlo? Estoy convencida que sí, que la suerte se cruza en nuestro camino en esa búsqueda para renovar el deseo, las ganas de vivir, pero siempre que vaya acompañada de nuestra voluntad, que es cuando sin darte cuenta te encuentras con otra persona y resulta que su deseo y el tuyo se hacen uno. Porque si no es con voluntad, es como el que espera que le toque la lotería sin comprar el décimo, claro.
Así que yo, mientras voy en busca de mis deseos y para no sentirme demasiado ansiosa, suelo echar mano del humor como ahora, que os propongo un juego. Me explico: todo lo escrito aquí arriba os lo podía haber resumido en unos cuantos versos, pero después me habríais dicho que no entendíais nada. Y vale, ya sé que mis poemas son demasiado herméticos, surrealistas y que cuesta entenderlos, pero solo hay que leer con un poquito de ganas, joé!
Y para picaros a que lo hagáis jeje, pregunto: ¿son estos versos un deseo hecho realidad? Os prometo que diré la verdad, aunque para mí, que ya lo he hecho.
Faro de Trafalgar
Eres sol
que incendia un mar abierto
y ola
que ahoga mis fantasmas.
Eres luz
que muere en mis orillas
y nace
en cada amanecer.
Eres eternidad
bebida en un suspiro y
yo, un faro
despoblado que intenta
ser feliz.
Y en cuanto a Paco, no tengo ni puta idea si se le cumplió o no su deseo. De lo que sí estoy segura es que este tío nunca le daría tantas vueltas como yo a esto. Y es que dicen, que soy una pesada.
Me encantan tus alusiones al mar, y tu poema es tan inabarcable como el océano. Tienes una maravillosa habilidad para evocar sensaciones y emociones que difícilmente se podrían expresar de otra manera. Y ya puestos, yo creo que a Paco aún le queda mucho por vivir y aprender.
inabarcable la poesía, un granito de arena me siento ante ella. Gracias, muchos besos
En esencia, estoy de acuerdo con este comentario. Un poema evocador, prístino en su sencillez estilística, pero impregnado de sugerencias.
Y sí: a Paco le falta un hervor…
Gracias! Y sí, a Paco que también podría ser Paca, la dejaremos que siga viviendo, es la única manera de aprender, digo yo.
En cuanto al poema, ciertamente es algo… primitivo? Es verdad, soy muy primaria, creo que es lo que querías decir,¿o te refieres a la estructura?
Pero es menos sencillo de lo que parece. Tiene una carga erótica y simbólica apenas visible. Mira, estuve a punto de subir al blog la explicación del poema en otra entrada, pero me pareció…no sé, sin interés. Ahora, sirviéndome tú de excusa lo hago por aquí, como respuesta a tu comentario, así no creo que lo lea mucha gente.
Y bueno, gracias otra vez, y gracias a la rubita. Tenemos que charlar los tres, vale?
Faro de Trafalgar
Eres sol/ : energía , vida)(falo)
que incendia un mar abierto/ : instinto, fuerza)(sexo de mujer)
y ola /:(falo y vagina, semen y humedad)
que ahoga mis fantasmas/:(unión del sol y del mar, donde los temores desaparecen ,
complicidad de los amantes)
Eres luz/:( juego erótico, deseo, placer)
que muere en mis orillas/: (orgasmo, pérdida de conciencia, imagen del esperma que baña cuerpo de mujer )
y nace/:(deseo renovado, ilusión)
en cada amanecer/:(esperanza, ilusión, ganas de vivir )
Eres eternidad/:(la fuerza que afronta la muerte de cara, deseo de inmortalidad)
bebida en un suspiro/: ( antídodo para la angustia, unión de dos )
yo, un faro/: ( individualidad)
despoblado /:(sentimiento de soledad, necesidad de afecto)
ser feliz /:(sale en busca del valor suficiente para el encuentro con su alma y con otra alma, en otro cuerpo).
Y el sentimiento oceánico: conquista de una reconciliación con la vida para afrontar el futuro con ilusión.
Cada vez que amamos, quiero decir, que follamos con alguien a quien queremos, o con la ilusión de esa posibilidad, por eso es tan estupendo, desafiamos a la muerte y nos hace fuertes, capaces de afrontar la muerte.
Sí, la vida es siempre un constante aprendizaje (Paco o Paca quedan reivindicados, porque a todos nos falta en esto uno o más hervores). Y prueba de ello es el que se deriva de la exégesis que propones del poema, tan impregnada de elementos sexuales, aunque yo prefiero resaltar su poder de sugerencia y evocación, que no precisa, creo, de mayor elucubración en un primer acercamiento. Decía Archibald McLeish que «A poem should not mean, but be». Si ello es cierto, los profesores de literatura tampoco tendríamos mucho sentido (a lo mejor no lo tenemos). En todo caso, tu explicación del poema es en sí otro poema, un texto que se superpone al otro sin agotar del todo sus posibles significaciones.
Y hay que recordar que para los poetas ingleses del Renacimiento (y, por consiguiente, para los seres humanos de aquella época) el verbo «to die» era morir y, metafóricamente, experimentar un orgasmo. Eros y Thánatos se unen irremisible e inexorablemente, ¿no crees? Sí; follar con alguien a quien se quiere es vencer al tiempo y a la muerte.
Respuesta a la respuesta: en absoluto pienso que el poema sea primitivo. Su sencillez vela apenas una considerable carga de profundidad. Ítem más: estoy muy de acuerdo con todo lo que dices del amor, y que en mí se prueba. Seguiremos hablando de ello. Gracias, sí, a la rubita. Siempre. Y a ti por reafirmarme en lo que siento. Claro que charlaremos los tres: es gozosamente inevitable.
Gracias a ti. Charlaremos.
Efectivamente,»a poem should be»,y solo se puede entender sintiéndolo. En cuanto a los profesores de literatura, tienen el mayor sentido del mundo siempre que sepan transmitir y para eso es necesario amar la palabra. ¿Te imaginas por ejemplo haber asistido a las clases de Nabokov?,¿cogemos un autobús y nos presentarnos allí? Igual la rubita y yo lo cogemos un día y nos presentamos en tus clases. Jajaja, besos!
Sí, lo primero es sentir, y enamorarse de las palabras, y de cómo se unen y se entremezclan armónicamente en ese tapiz verbal que va más allá de ellas mismas, sublimando su referencia… Y tienes razón en lo que señalas acerca de los profes de literatura. En ella, como en todo lo demás en la vida, lo importante es amar. Seguro que las clases de Nabokov eran magníficas. Sé por referencias que las de Borges también, aunque no permitía intervención alguna y sólo hablaba él. Las mías (mis conferencias más bien, porque las otras son, por lo general, virtuales) tratan de ser siempre discursivas y dialécticas. Si no estoy dispuesto a aprender yo, difícilmente puedo pretender que los demás aprendan. La rubita sabe que está más que invitada a cualquier evento en el que yo tome parte, y lo mismo reza para ti, así que ya sabéis… Encantado de compartir autobús, y lo haya menester, ja, ja. ¡Ah! Y me encanta también este blog. Espero conocerte pronto personalmente. ¡Besos!
gracias! yo también lo espero, besos.
Más lecturas y menos endulzarse el oído por Dios.