a propósito de las partes

3 Sep

a prop...

Hundo el cuchillo en la tersa piel de una naranja

que se abre en dos mitades,

—¿qué parte quieres? —le pregunto,

—¿qué mas da? —sin mirar me responde.

 

Aún recuerdo cuando él me decía que era

mi media naranja, mi media mitad de mí.

Como si una naranja solo se pudiera partir en dos.

Como si todas las partes de una naranja fueran iguales.

Corteza. Pulpa. Semilla.

 

No sé qué parte fui yo de él,

pero está claro que él fue de mí, su peor parte.

adorno

 

 

 

es que no os lo he contado todo

22 Jul

portada

Es que no os lo he contado todo. Una de las cosas por la que he estado bastante liada, ha sido por la publicación de mi libro de poemas Para no hablar sola. Es el primero de una trilogía en el que estoy trabajando. Pero mejor que contaros, voy a subiros la presentación, que estuvo a cargo de Jesús Vigorra y del editor de Renacimiento, Abelardo Linares. A los que desde aquí —se me olvidó decirlo públicamente—, les doy las gracias por el cariño y la calidad con que lo presentaron. Y también ahora, quiero darle las gracias a Carlos Peinado Elliot, mi profesor, tutor, poeta y director del Máster de Escritura Creativa de la facultad de Comunicación de Sevilla, que me corrigió a contrareloj y siempre ha estado, y está ahí. También a mis amigas, ellas, las que a pesar de no verlas mucho, se que puedo contar siempre con ellas. Y gracias a Carmen Grábalos y a Rocío Rojas-Marcos por sus críticas, sus opiniones y su apoyo. Y a mis hijos, mi familia. Y a tantos… Fue un día inolvidable.

Ah, y gracias a Pedro y Rafa, del espacio Colmbres, lugar de la presentación, el NY de Triana, hay que verlo.

julio, a 39ºC

21 Jul

Julio, a 39ºC

Tengo una boda. Hace tanto calor que hasta la pintura de uñas se derrite. No exagero, de verdad. Hace ya tres horas que salí de la peluquería con las uñas de las manos y  los pies la mar de bonitas y se me han emborronado todas.

Me derrito. Treinta y nueve grados a las siete de la tarde en la puerta de la iglesia. Parezco un helado. Vestido marrón chocolate por fuera y por dentro…por dentro a treinta y nueve grados yo, que lo veo que se acerca saludarme.

heladoderr

 

 

la parte que sea

19 Jul

la foto

Como decíamos ayer… es lo que se me ocurre escribir para no dar explicaciones de esa mi segunda parte de este mi blog que yo suponía iba a ser…interesante, dejémoslo ahí. Lo siento, ni cabeza ni tiempo. Pero eso sí, han sido meses en los que he trabajado tela, han pasado muchas cosas, unas buenas, otras no tan buenas de las que ya no me acuerdo, y otras buenísimas.

Pues eso, como decía, bienvenidos a esta —la parte que sea— de mientras me ducho. Que por cierto tengo un poema sobre partes de, que…

sobre Emily Dickinson y J.L.Borges

24 Mar

Sobre Emily Dickinson

Leo en la contraportada de un libro de poemas de Emily Dickinson, estas palabras de J.L.Borges:

“No hay, que yo sepa, una vida más apasionada y más solitaria que la de esta mujer. Prefirió soñar el amor y acaso imaginarlo y temerlo”

¿Por qué los hombres dan por hecho tantas cosas sobre las mujeres? A pesar de todo lo que se ha escrito sobre Emily, que en su mayoría va en la misma línea de este gran escritor, estoy convencida que Borges, lo que hace en este comentario es en realidad hablar sobre sí mismo. Proyectando desde su punto de vista masculino, su miedo al amor y su soledad.

No creo que esta poeta —y esto es solo una opinión fundamentada en una lectura personal, femenina y feminista de sus poemas—, fuera una mujer solitaria en el sentido de sentirse sola. Ella eligió no formar parte del concepto, del “amor romántico”  —como ideal—, propio de su época y de su entorno cultural. Tengo mis dudas que «prefiriera soñar el amor» a vivirlo,  pues estoy  convencida que una mujer que escribió tan certeramente sobre este tema, no tuviera experiencias amorosas. Ahora bien, esto no quiere decir que lo hiciera como se supone —debía esperarse— de una mujer de su época y de las convenciones sociales de entonces. Y acaso, de las de ahora.

adorno

siete meses

20 Feb

                                                             a mi hija

Mirarte, y a través de tus ojos verla a ella,

mirarte y ver, la mañana en tu sonrisa.

Mirarte, y sentir que sobran las palabras.

Mirarte y tan solo mirarte —Olivia—,

y con solo mirarte la luna y las estrellas.

mientras me ducho – segunda parte

20 Feb

Dicen, hay un refrán que dice: nunca las segundas partes fueron buenas, y puestos a decir, yo digo que esto no es del todo cierto. Que si fuera así, ¿cuántas segundas partes de partidos (sin que forzosamente sean de fútbol) de baloncesto, tenis… han sido mejores que la primera? O por ejemplo, ¿cuántas segundas partes de novelas han superado a la primera? O al menos, ¿sus segundas partes han sido grandiosamente equiparables a la primera? Ahí por ejemplo nuestro mal querido Quijote.

Gusto y opiniones hay para todos, pero a mí me parece que cuando este refrán dice que nunca fueron buenas las segundas partes, —a lo que se viene referir—, es que nunca son buenas las segundas partes que tratan de imitar a la primera. Ahí sí, ahí sí que pienso que tiene razón. Y aunque no lo creo, pero por si acaso a algún idiota se le ha ocurrido pensarlo —aclaro—, que nunca me he creído Cervantes, que sí Quijote.

mientras me ducho, segunda parte

adorno

aforiche 13

21 Jun

Eclipse: desaparición – abandono. Hecho en el que la luz, procedente de un cuerpo celeste, es bloqueada por otro.

Tal vez nuestra realidad, como la de un eclipse, no sea más cierta que el color blanco, visible por la superposición de otros fragmentos de color. Que se percibe a consecuencia de la proyección de una  luz intensa sobre su espectro visible. Tal vez la verdad de cada persona, como el blanco, está sujeta a las superposición de otras realidades y a  la luz que recibe de otro seres interpuestos en su camino. Tal vez, los tonos de la verdad, como los que adopta la claridad máxima, dependan de la desviación que cada persona tome durante su exposición como espíritu visible en la vida. Mientras que la visión de un eclipse de sol es subjetiva, reside en la sensación del que lo observa y no en el sol, la visión de un eclipse lunar sucede cuando esta deja de recibir la radiación solar y entra en el lado de sombra de la tierra. Pero su visión es siempre objetiva.

luna roja

Tal vez la realidad de cada persona sea solo un reflejo subjetivo de una luz ficticia. O tal vez, lo único real sea  nuestra parte oscura, lunática, esa que se abandona y  es capaz de amar. Que se desangra, se hace blanca, desaparece. Acaso sea lo oscuro nuestra única verdad.

adorno

“There is no dark side of the moon really. Matter of fact it´s all dark”

 Eclipse, Pink Floyd

 

la suerte de la fea

15 Jun

la suerte de la fea

Con que la suerte de la fea, ¿eh? Anda que…justo cuando estaba metiéndome en la bañera, justito entonces me puse a pensar en ese refrán y pensé: ¿la suerte de la fea? El que escribió este refrán era tío, porque para mí que la fea diría que » y una mierda». Para mí que el refrán si lo hubiera escrito una mujer vendría a decir así: — la suerte del más feo, hasta la fea y no digamos la más guapa, la desea—, porque en verdad que la más guapa en este mundo tan mundO, es la que lo tiene más feo.

Pensaba yo en Sor Juana Inés de la Cruz, poeta nacida allá por el siglo de Oro en México, en 1651, que le rogaba a su madre la dejara vestirse de hombre para poder leer y estudiar y puesto que no, tuvo esta que meterse a monja. Que fue el único modo que encontró para poder expresarse, es decir, poder escribir cómo y lo que pensaba. Y que me parece a mi que estando como estamos ya en este el siglo ¿veintiuno? A monja no, pero que…no hay maneras, vamos. Que menos mal que no soy yo de las guapas rubias y altas, como mi hija o algunas de mis colegas y amigas, porque si no, ni esto. Porque hay quien me ha dicho (y me lo ha dicho un tío competente, que conste, claro que será competente mientras  no le roce en los huevitos este tema) lo siguiente:

—vaya tela cómo nos pones, no? Y yo toda extrañada  le dije:

—¿a, sí? Bueno sí, pero no. Y él con sonrisa condescendiente me contestó:

—No pero sí, ¿no? Pues tú sabrás. A lo que yo le contesté:

—Pues eso. Que es a lo más que  llegamos a entendernos.

Y me puse a pensar si tal vez  a esto era a lo más que podíamos llegar  a entendernos hombre y mujer en la mayoría de las cosas. O si tal vez, era nuestra sociedad y cultura la que nos la jugaba tanto a unos como a otros.

SorJuanaInesCruzÓleo de Jennifer Randall

“Hombres necios que acusáis

a la mujer sin razón,

sin ver que sois la ocasión

de lo mismo que culpáis

                 Sor Juana Inés de la Cruz

 

 

 

aforiche 12

14 Jun

mnto sol

En cualquier etapa de la vida hay siempre un momento que es —el momento—.

adorno